Sé lo que es esperar un bebé.
Sentir la alegría, la incertidumbre, la ansiedad. La felicidad de recibirlo.
Pensar en que todo esté bien cuando llegue el momento. Preguntarte si lo estás haciendo bien o si podés ser una mejor Mamá.
Sé lo que sentís porque yo estuve ahí.
Esperé ser Mamá casi diez años. Imaginate las veces que me pregunté y sentí lo mismo que vos.
A mis 40 años, el nacimiento de Lolo, fue el gran empujón hacia mi cambio de vida. Desde los 17 transité el mismo recorrido profesional, en el ámbito contable. Me creía segura y tuve grandes satisfacciones, pero también tenía la certeza de que mi misión en esta vida no estaba allí.
Fue así que, el día que escuché los latidos de su corazón en aquella ecografía, luego de años de búsqueda y angustia por los tratamientos fallidos; todo se puso de cabeza.
Hoy siento que la maternidad en sí, fue mi propósito. Y ése, el propósito de mi vida, es el corazón y el alma de este emprendimiento; como también el motivo por el que elegí formarme como puericultora, mi actual profesión. Mi pasión.
Motivada por el deseo de brindarte un acompañamiento más integral, en una etapa fundante en la salud de tu bebé, me formé como educadora en masaje infantil y consultora en porteo.
Mi personalidad inquieta es la propulsora de mi constante actualización. Estoy diplomada en lactancia materna y tengo un curso de posgrado en Frenectomía y Frenotomía lingual en niños.